domingo, 23 de noviembre de 2008

Sistema Linfático - Evolución Histórica

Se dice que los antiguos griegos, como Aristóteles y los anatomistas Herófilo y Erasístrato, ya habían observado los linfáticos entre el año 348 y 250 a. C. Lo que se dice a este respecto ha sido de oídas, ya que no llegó hasta nuestros días ninguno de los libros de la escuela de Medicina de Alejandría. En el siglo XVI, Vesalio, profesor de anatomía y fisiología en Padua, observó el conducto torácico que él llamó vena alba thoracis; su contemporáneo Estaquillo también describió el conducto torácico equino y le dio el mismo nombre porque contenía un líquido blanco. En 1627, Aselli, de Pavia, ilustró los linfáticos en el mesenterio de perros después de darles de comer (Fig. 1). Demostró la relación de estas estructuras con la absorción intestinal, observando que al puncionar estos vasos se obtenía “un líquido blanco parecido a la leche o a la crema”. El autor siguió los vasos hasta la cisterna de Pecquet en el abdomen, pero concluyó, de manera errónea, que los linfáticos terminaban en el hígado. En 1651, Pecquet, en París, observó que los vasos “lactíferos” del intestino llegaban a la cisterna que recibe su nombre, de ahí pasaban al conducto torácico y finalmente drenaban en “el remolino del corazón”. Pecquet también confirmó sus observaciones acerca de los “conductos lactíferos” en un criminal a quién se le hizo una necropsia después de una comida abundante. Rudbeck de Upsala describió los linfáticos del hígado como “vasos serosos”; en 1653, Bartholin nombró estos vasos linfáticos. Hacia la misma época, George Jolyffe de Inglaterra también reconoció que los vasos denominados linfáticos tenían amplia distribución en todo el cuerpo y llevaban en su interior un “humor acuoso”.
Las observaciones de Aselli se publicaron casi al mismo tiempo que el libro clásico De Motu Cordis, de William Harvey sobre la circulación. Sin embargo, Harvey nunca consideró que los linfáticos tuvieran importancia. El autor creía que “los linfáticos se originaban por casualidad y accidente y se debían a un aporte excesivo de nutrientes”. Después de las observaciones del siglo XVII, la anatomía y circulación de los linfáticos siguió siendo un problema puramente hipotético durante más de 100 años. Los siguientes descubrimientos se llevaron a cabo en la Escuela de Anatomía de Hunter en el siglo XVIII. Estos descubrimientos se deben al trabajo de dos anatomistas geniales y de William Hunter, director de esa escuela. Los dos ayudantes eran William Hewson y William Cruikshank. Hewson, después de renunciar a la escuela de Hunter, publicó un tratado anatómico importante, en 1774, titulado The Lymphatic System in the Human Subject and in Other Animals. Este libro fue dedicado a Benjamín Franklin de Filadelfia, quien, inmediatamente antes de la revolución estadounidense era el mediador entre Hewson y Hunter. El joven anatomista pidió a Hunter conservar algunas disecciones que él había realizado, pero le fue negado.
William Hunter comprendió con precisión la importancia de los linfáticos al decir: “Pienso que he mostrado que los vasos linfáticos son vasos que absorben y que existen en todo el cuerpo; son los mismos que los llamados lactíferos; estos vasos, junto con el conducto torácico constituyen uno de los sistemas grandes y generalizados que hay en todo el cuerpo, con función de absorción; este sistema es el único que absorbe y no las venas; sirve para absorber y llevar todo lo que hay que hacer y mezclar con la sangre desde la piel, el intestino y todas las cavidades o superficies internas donde quieran que existan”. William Hunter era hombre de ideas fijas, sin mucha modestia ni generosidad. Una vez dijo: “si no estamos equivocados, a su debido tiempo esto (los linfáticos) representará el descubrimiento más grande, tanto en fisiología como en patología, que la anatomía haya hecho desde el descubrimiento de la circulación”. La moderna cirugía del sistema linfático todavía no ha cumplido con esta profecía de Hunter, a diferencia de lo que ha ocurrido con el corazón y las arterias. Sin embargo, cabe esperar que el conocimiento del proceso de la infección, junto con intervenciones para controlar HIV y otros estados de inmunodeficiencia, permitan todavía que se cumpla esta expectativa.
En el siglo XVIII, la importancia de los linfáticos fue demostrada por el concepto global de Claude Bernard acerca de los requerimientos de todo mamífero de conservar constante el medio interno que rodea a las células. A finales del siglo XIX, Starling aclaró la relación entre la presión hidrostática de la sangre en los capilares y la presión osmótica coloidal de las proteínas plasmáticas. La hipótesis de Starling junto con las ideas previas acerca de la circulación capilar, llevaron a la teoría de los intercambios capilares, en que la presión osmótica de las proteínas plasmáticas actúa en los capilares, los cuales son relativamente impermeables al paso de las proteínas.
En el siglo XX, de 1930 a 1941, Drinker y cols midieron el paso de proteínas desde los capilares hasta el espacio intersticial, y mostraron que los capilares sanguíneos eran más permeables de lo que se había pensado hasta entonces. Estos autores introdujeron el concepto fisiológico de que los capilares linfáticos eran vasos que servían para hacer regresar moléculas de proteína a la circulación central. En la figura 2 se muestra la relación entre un capilar sanguíneo, el espacio intersticial y un capilar linfático. Este esquema da cuenta del concepto de presión intersticial negativa, si bien esta idea no es aceptada por todos. Es probable que la presión intersticial varíe en los diferentes órganos y tejidos y aumente con el movimiento, el cual a su vez estimula de manera importante el flujo linfático.
Cuando las proteínas pasan al espacio intersticial, éste, con concentración elevada de proteínas, atrae agua. El líquido intersticial subcutáneo, aspirado bajo condiciones de obstrucción linfática en las extremidades, muestra una concentración de proteínas mayor de 1.0 a 1.5 g por 100 ml. Mientras que Starling consideró que los capilares permitían escape de pequeñas cantidades de proteínas, Drinker y cols, y más tarde Landis, mostraron que este escape es considerable y apoyaron el papel de los capilares linfáticos como vasos que regresan moléculas de proteínas a la sangre de la periferia a la circulación central.

sábado, 22 de noviembre de 2008


Clase en santa fe.....intentando explicar peritoneo parietal pelvico, con ligamento ancho y relaciones en la mujer....
Todo un desafio que salio muy bien

TECNICAS PARA LA CONSERVACION EN SECO DE PREPARACIONES ANATOMICAS

Introducción
En 1958 el Museo de Anatomía de Rosario puso en Práctica un original sistema de trabajo, único por entonces en el país: el denominado “Museo Dinámico”. Promovido por quien fuera su Director, el Dr. Juan Carlos Fajardo, este sistema consiste esencialmente en el préstamo de material anatómico en forma similar al habitual de libros en una biblioteca.
Prestar piezas anatómicas suponía la necesidad de que éstas fueran fáciles de trasladar y manipular. Las únicas que reunían esas condiciones eran las preparaciones en seco.
Como carecíamos de experiencia en esta forma de conservación, fue necesario desarrollar prácticamente desde cero una técnica de este tipo.
Después de algunas experiencias de parafinización, iniciamos en 1960 trabajos de glicerinización, tratando de lograr un método que respondiera a las siguientes condiciones:
a. Efectiva conservación de las preparaciones.
b. Reproducción aceptablemente fiel de las características naturales de los tejidos conservados.
e. Simpleza de procedimientos, y facilidad de aplicación, aún contando con escasos recursos técnicos.
d. Uso de drogas comerciales comunes.
e. No debía requerir cámara frigorífica.
La técnica debía servir para conservar cualquier tipo de tejido animal. De sus objetivos excluíamos únicamente la conservación del Sistema Nervioso Central, cuya técnica de preparación fue objeto de una investigación especial.
Material y Método
a. Material cadavérico: Cadáveres humanos enteros no seleccionados, de muerte reciente, conservados previamente o no en cámara frigorífica. Cadáveres humanos eviscerados, proporcionados por la Cáte
* Preparador de la Facultad de Odontología — Cátedra Anatomía Topográfica y Descriptiva de Cabeza y Cuello. Instructor Jefe Trabajos Prácticos — Cátedra Anatomía Normal — Facultad de Ciencias Médicas. Instructor Museo de Anatomía. -
** Instructor de Anatomía Normal. Facultad de Ciencias Médicas.
dra de Anatomía Patológica. Trozos de cadáveres humanos y de animales domésticos de no más de 48 horas después de la muerte.
b. Drogas: Se utilizaron exclusivamente drogas de uso comercial, de especificaciones comunes.
c. Equipo para inyección intraarterial a presión constante: Consta de un frasco de vidrio de 20 litros de capacidad, con tapa y grifo de salida, colocado a 2,80 m de altura (2 m. por encima de la mesa de trabajo), y tubuladura de goma 1 cm. de sección conectada a una cánula metálica terminal en T.
d. Instrumental quirúrgico y de traumatología.
e. Material de laboratorio: Balanza de precisión, termómetros centígrados, alcoholímetro, densímetro y material de vidrio graduado común.
f. Varios: Recipientes y cubas de gran capacidad (hasta 400 1. de volumen) de mampostería, metal y plásticos; frascos de vidrio de diferentes capacidades, material para montaje de las preparaciones, sierra sinfín comercial, etc.
g. Método: Trabajamos por impregnación de los tejidos con soluciones de diferente composición y propósito, sometiendo al material a pasajes sucesivos por una solución fijadora (solución 1), una solución deshidratante y reveladora de color (solución II) y una solución de conservación (solución III). Las tres actúan por difusión simple.
La solución 1 se empleó por inyección intraarterial y por inmersión. La inyección intraarterial se practicó como método de elección en cadáveres enteros, y ocasionalmente en vísceras aisladas y trozos de cadáveres. En el primer caso se utilizó la vía de la arteria femoral, en inyecciones uni o bilaterales con el equipo referido en c). Los cadáveres ente admiten de 14 a 16 1. de solución, promedio, de acuerdo al desarrollo corporal. Comprobamos el buen relleno con pequeñas incisiones en las palmas y plantas, y tomamos como única precaución ocluir con algodón o gasa los orificios naturales. La inyección se practicó antes de las 72 horas transcurridas desde la muerte cuando el cadáver se encontraba a temperatura ambiente, y dentro de los 7 días si se lo había conservado en cámara frigorífica (temperatura de 0°C a 5° C. En los casos de relleno insatisfactorio se completó el mismo por inyecciones percutáneas.
La inmersión se utilizó en cadáveres eviscerados y trozos de cadáveres aislados, cortes, etc.; también para mantener las piezas en el curso de la di sección. Procuramos despojarlas rápidamente de sus revestimientos cutáneos o conectivos, para facilitar la difusión.
Las soluciones II y III las utilizamos únicamente por inmersión.
Métodos del Museo de Anatomía de Rosario (M.A.R.) 1 y II
MA.R. 1 — 1962
Solución 1
Agua 1.000 cc.
Formol 40% 200cc.
28
Nitrato de Potasio 15 gr.
Acetato de Potasio 30 gr.
Sulfato de Potasio 5 gr. sales en proporción X
Fosfato de Potasio 10 gr.
Cloruro de Sodio 5 gr.
Cuando inyectamos cadáveres enteros esperamos 90 días antes de pro ceder a la disección. Durante la misma conservamos el material en esta so lución. Al sacarlo no lo lavamos y evitamos exponerlo al aire por tiempo prolongado; cuando la disección así lo requería sumergíamos la pieza en solución cada 2 ó 3 horas (esto impide el desecamiento de las superficies y evita su oscurecimiento).
Solución II
Metanol puro 900
Las piezas permanecieron en alcohol hasta el viraje del color.
Solución III
Glicerina pura 2 Vol.
Metanol puro 1 Vol.
Sales en proporción X cada 5 1. de solución
La relación volumen de la pieza / volumen de solución debe ser de 1/10. El tiempo se adecuó a cada pieza.
Luego de este proceso las preparaciones se dejaron escurrir al aire y a la temperatura ambiente durante quince días, completándose posteriormente el montaje de las mismas.
M.A.R. II — 1975
Solución 1
Agua 4.000 cc
Metanol 2.500 cc
Glicerina pura 2.500 cc
Formol 40 % 700 cc
Ácido fénico 300 cc
Amoníaco concentrado 5 cc/It de solución
Acetato de potasio 15 gr./It de solución
Nitrato de potasio 7,5 gr./It de solución
Tiempo de fijación: por inyección 15 días, por inmersión 10 días (para. piezas sin revestimiento cutáneo).
Temperatura ambiente.
Durante la disección se conservó el material en esta solución tomando iguales precauciones que las apuntadas en el método anterior.
Solución II
Metanol o etanol puro (96°)
Tiempo de deshidratación y revelado: hasta el viraje de color, que se produce a las 6 horas, aproximadamente, cuando la relación de volúmenes entre la preparación y el alcohol es de 1/10. Cuando se utilizó el mismo alcohol para procesar varias preparaciones, debió prolongarse el tiempo, por la progresiva degradación del alcohol. Estimativamente los tiempos se prolongaron en un 30% por cada 10° de pérdida del alcohol. No utilizamos alcohol de graduación inferior a 600.
Solución III
Glicerina pura 2 Vol.
Metanol 1 Vol.
Acetato de potasio 5 gr./It, de solución
Nitrato de potasio 2,5 gr./It. de solución
Fosfato de potasio 0,5 gr./It, de solución
Temperatura ambiente.
Tiempo: varía con el volumen del preparado y el tipo de tejido.
Estimamos el tiempo promedio (relación de volúmenes 1/10) en aproximadamente 12 horas. Controlamos constantemente el color y retiramos el preparado cuando observamos oscurecimiento.
Discusión
Nuestro trabajo se realizó empíricamente, tratando de reproducir en las preparaciones las condiciones de los tejidos animales a 48 horas de la muerte.
El primer paso fue la selección de la Técnica de Kaiserling (modificación 1897) de conservación en líquido con preservación de color, a la que tratamos de adaptar a la conservación en seco, reemplazando el agua de sus soluciones por glicerina, suponiendo que esta sustancia —la glicerina— actuaría proporcionando un soporte físico a la preparación. Luego modificamos los componentes salinos agregando sales fuertes, como el Sulfato de potasio y el cloruro de sodio, destinadas a lograr una mejor fijación de las proteínas orgánicas, y utilizamos asimismo el Fosfato de potasio para estabilizar el pH de la solución.
A partir de 1962, el resultado de esta experiencia, el Método M.A.R. 1 fue utilizado sistemáticamente: esto nos permitió observar algunos inconvenientes, sobre todo a mediano y largo plazo, que tratamos de corregir.
Los problemas más importantes los planteaban el color, la retracción y endurecimiento de algunos tejidos y la condensación de humedad.
Con respecto al color se trató de mejorar el color inicial y prevenir en lo posible el oscurecimiento progresivo de las preparaciones. La incorporación de Amoníaco para la fijación de proteínas pigmentadas —particular mente hemoglobina y mioglobina— aplicada en bioquímica para determinación colorimétrica de la hemoglobina, en la solución 1, dio buenos resultados.
Para obtener mayor elasticidad se agregó Ácido fénico y se suprimieron el Sulfato de potasio y el cloruro de sodio, disminuyendo igualmente la proporción de formol. Finalmente, se adicionó a la solución 1 una mezcla de glicerina y Metano!, tratando de favorecer !a impregnación final de los tejidos por estas sustancias.
El problema de la condensación de humedad resultó prácticamente in soluble. Al respecto se realizó una experiencia interesante con Acetato de polivinilo en solución acetonita, pintando en delgada capa algunas preparaciones ya conservadas, los que les proporcionó una cubierta protectora y aislante, que impedía la condensación de agua. Estas pruebas se interrumpieron por falta del citado materia! —que era importado— y por no existir en nuestro mercado una resma sintética de iguales, características.
Todas las modificaciones señaladas fueron introducidas en el M.A.R. II, que comenzó a utilizarse de rutina a partir de 1975.
Resultados
Técnica M.A.R. 1
Se conservaron por este método 470 piezas anatómicas, para las que se emplearon 52 cadáveres enteros inyectados y trozos de otros 46 cadáv res procesados total o parcialmente por inmersión.
De los cadáveres inyectados 6 debieron desecharse por mala fijación, imputable en 4 de ellos a inyección tardía, y en los 2 restantes a errores en la preparación de las soluciones. En 3 cadáveres debieron amputarse extremidades: en 1 ambos pies, en los otros 2 pierna y pie del lado opuesto al inyectado.
Con respecto a los cadáveres tratados por inmersión los datos son me nos precisos, ya que en su mayoría fueron provistos por el Departamento de Anatomía Patológica, previamente eviscerados, llegando a nosotros, en ocasiones, con cierto grado de descomposición, procesándose solamente las partes rescatables.
Para la valoración de los resultados obtenidos tomamos como término de comparación el estado de los tejidos orgánicos en condiciones naturales, a temperatura ambiente, 48 horas después de la muerte.
Conservación: Del total de las preparaciones, 12 debieron desecharse por conservación defectuosa. El motivo más importante de pérdida de material es el deterioro producido por el uso (incluyendo daño intencional). Aproximadamente la tercera parte de las piezas superan actualmente los 10 años, y la mayoría de las restantes tienen entre 5 y 10 años de antigüedad.
Consistencia y elasticidad: Cuando se completa la conservación, la consistencia y elasticidad son diferentes; los tejidos se presentan más duros, con una textura comparable a la de la carne hervida. Con el tiempo se observan cierto endurecimiento y disminución de la elasticidad, poco importantes en los primeros 5 años, más acentuados luego, sin llegar, hasta ahora, a la rigidez.
Volumen: Se produce cierta retracción, que se acentúa con el tiempo. Para tejidos blandos con soporte esquelético la disminución de volumen observada es del 10% promedio, a los 5 años, y del 16% a los 10 años. Este fenómeno es más marcado en vísceras sólidas aisladas, siendo del orden del 15% a los 5 años y de hasta 25% después de los diez.
Relaciones anatómicas: No hemos observado alteraciones importantes, aún en las preparaciones más antiguas.
Color: Constituye el aspecto menos satisfactorio del método. Inicial- mente se observa un viraje global, el rojo hacia el marrón claro, el blanco hacia el amarillo desvaído. Con el tiempo se produce un gradual oscurecimiento, adquiriendo los, músculos, un color marrón oscuro (los tomamos como ejemplo), con pérdida de la diferencia tonal entre distintos tejidos. Este proceso comienza a evidenciarse luego de transcurridos tres años.
Resistencia: Podemos calificarla de muy buena, nuestras piezas han soportado con poco deterioro el uso intenso y generalmente poco cuidadoso de varias promociones estudiantiles.
Técnica M.A.R. II
Se conservaron por este método 33 piezas anatómicas, para las que se emplearon 2 cadáveres enteros inyectados, y trozos de otros 4 cadáveres procesados por inmersión, sin pérdida de material por mala fijación.
Dada la corta experiencia temporal con este procedimiento, nos limitaremos a exponer las diferencias observadas con respecto a la Técnica
M.A.R. 1 en el mismo lapso.
Conservación: Hasta el momento no hemos sufrido pérdidas de mate rial imputables a mala conservación.
Consistencia y elasticidad: Es inicialmente mejor el resultado obtenido, las piezas son más blandas y flexibles.
Volumen: No hemos observado retracción.
Color: El color inicial supera los mejores resultados del método anterior.
En otros aspectos los resultados son asimilables.
Nos referiremos, por último, a algunas características comunes de las dos Técnicas, que creemos necesario señalar, y que son el empleo de drogas comerciales, la sencillez del procedimiento, y, sobre todo, la posibilidad de aplicarlas ‘sin contar con cámaras frigoríficas.
Estos métodos, susceptibles de perfeccionamiento, proponen una solución efectiva al problema de la conservación en seco.


Bibliografía
1. GUIRAO CEA Miguel. Técnica anatómica Primera edición. Editorial Científico médico. Barcelona, 1953.
2. LECHA MARZO Antonio. Tratado de autopsias y embalsamamientos El diagnóstico médico legal en el cadáver. Primera edición. Editorial Los Progresos de la Clínica. Madrid, 1917.
3. FRACASSI. Biología Tomo III, 1934.
4. LINARES H. A. Técnicas de autopsias Bs. As. 1961.
5. PEZZETTI A., GHEZZO Rubén. Conservación en seco del sistema nervioso central Anales del XII Congreso Latinoamericano de Neurocirugía.

LISTA DE TEMAS DEL CURSO DE TECNICO EVISCERADOR

ANATOMÍA
Generalidades
Cabeza y cuello
Sistema Nervioso Central
Aparato Locomotor
Tórax
Abdomen
Pelvis
Vascular

MEDICINA LEGAL
Autopsia
Técnica de autopsia
Transformación cadavérica
Investigación del intervalo post – mortem
Lugar del hecho (teórico – práctico)
Tanatoconservación y embalsamamiento
Lesionología y patología forense
Patología forense general
Patología forense topográfica
Contusiones
Lesiones por heridas de arma blanca
Lesiones por herida de arma de fuego
Asfixiología
Patología forense perinatal

CRIMINALÍSTICA
Odontología forense
Radiología forense
Balística
Toma de muestra
Dactiloscopía

PROCEDIMIENTOS
Bioseguridad
Bioética
Informe pericial de autopsias y protocolos
Práctica de autopsias
Instrumental y sutura
Antropometría Osea

Tanatoconservación y Embalsamamiento


Introducción:

En algunos procesos de transformaciones cadavéricas, puede suceder que estructuras anatómicas, viscerales u orgánicas, conserven sus caracteres morfológicos semejantes a los que poseía en vivo. Esto puede ser útil para su simple identificación medicolegal o hasta para efectuar algún reconocimiento pericial de alto valor en algún grado variable dependiendo, según el caso y el elemento de que se trate; en la practica forense, las situaciones medicolegales de donde surgen estos en particular estos casos atañen básicamente a cadáveres procedentes de algunas exhumaciones jurídicas y a los cadáveres hallados con mucho tiempo de evolución de los procesos normales de descomposición, pero en ambos casos, los sitios en donde se encontraban se hallaban han favorecido a la preservación. No solo en la medicina legal surgen estos hechos: ejemplo de esto son los hallazgos arqueológicos de algunas momias en civilizaciones distintas a las nuestras, como la egipcia, o las indígenas halladas en la zona andina o investigaciones científicas de tumbas, lugares y monumentos funerarios, ejemplo además de esto son los cadáveres hallados en lugares nevados o helados, configurando también situaciones en las cuales se han dado la preservación de los cadáveres descubiertos. El común denominador en todos estos casos consiste en que la preservación cadavérica ha tenido lugar por circunstancias relacionadas con procesos naturales, en los cuales no ha habido intervención de ningún agente extraño, ni ninguna modificación impuesta por la mano del hombre.
La otra posibilidad es que la preservación cadavérica se lleve a cabo por procedimientos distintos a los naturales, anteriormente mencionados. Estos procedimientos por lo tanto son llamados procedimientos artificiales, pueden llevarse a cabo con fines académicos, religiosos, científicos, docentes, jurídicos, de investigación y medicolegales. Todos ellos se caracterizan por la intervención de la aparatología, de una metodología predeterminada mediante pruebas de investigación, por la administración y recubrimiento con sustancias o elementos, o también por la práctica de alguna técnica en particular, sin tener lugar la participación aislada de elementos de la naturaleza en la conservación cadavérica.
También suele observarse en algunos casos la combinación de procesos naturales generalmente favorecidos por las condiciones climáticas y los procedimientos artificiales añadidos, aunque por lo general se corresponda con casos de investigación histórica y paleopatológica.

La tanatoconservaciòn implica dos conceptos:
Por un lado, es la rama de la tanatologìa que incluye todas las cuestiones teóricas y practicas para la preservación del cadáver.
Por otro lado, también es definida como el conjunto de procesos naturales y/o procedimientos artificiales destinados a la conservación del cadáver.

Por lo general el termino embalsamamiento tiene en el lenguaje vulgar un uso genérico y popular tan divulgado, que sin querer, se ha convertido en una especie de sinónimo de tanatoconservaciòn, aunque en rigor, desde el punto de vista medicolegal, el embalsamamiento es solo un procedimiento artificial de tanatoconservaciòn entre todos los que a esta integran, aunque quizá constituya el de conocimiento mas difundido.
Ante cualquier proceso natural que intervenga, lo mismo que con cualquier procedimiento artificial que se utilice se debe tener en cuenta el estudio profundo desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo de los componentes químicos de los diversos componentes que integran el cuerpo humano, cuyo resultado para un sujeto, de 1,75 cm de altura y de 70 Kg. de peso, se encuentra del siguiente modo:

- Masa muscular: 43 % 30,100 Kg.
- Masa adiposa 14 % 9,800 Kg.
- Masa ósea y medular: 14 % 9,800 Kg.
- Masa visceral y snc: 12 % 8,400 Kg.
- Piel y tcs: 9 % 6,300 Kg.
- Sangre: 8 % 5,600 Kg.

Además, es importante hacer memoria y recordar de que el agua representa el 70 % de los componentes del cuerpo humano tomando sus diferentes tejidos, lo que representa aproximadamente unos 50 Kg. del peso del ejemplo anterior.
Estos datos nos serán de utilidad para poder entender los cambios que imponen los diferentes tipos de tanatoconservaciòn.


Procesos naturales de tanatoconservaciòn:

Los procesos naturales de conservación cadavérica se hallan regidos, fundamentalmente, por factores externos de tiempo, modo y lugar. Por lo general, el tiempo interviene en los procesos naturales solo si se prolonga suficientemente, semanas, meses, e incluso años. El modo interviene en relación con las condiciones propias del cuerpo, contextura, sexo, edad, cantidad de tejido celular subcutáneo, vestimentas o no, etc. El lugar interfiere de manera principal por medio de la geografía, flora y fauna, temperatura ambienta y en especial por algunos factores climáticos. La importancia fundamental recae en elementos naturales tales como frió, calor y ventilación del lugar en que se encuentra el cadáver.
Ela frío natural es un factor excelente de conservación cadavérica, este debe ser intenso y continuado en el tiempo. La duración de la conservación, es indefinida, cuando un cuerpo esta en estado de conservación por congelación, mientras persista la baja temperatura. La temperatura, necesaria para la conservación, por lo general es bastante inferior a los 0º C. Se estima de que entre – 4º C y –18º C la congelación suspende o inhibe las actividades enzimaticas y bacterianas responsables de los procesos de putrefacción. En el cadáver, el agua celular se congela y cristaliza, dando como resultado una solidificación del citoplasma en forma de hielo, separándose los elementos disueltos como ácidos orgánicos, sales minerales, proteínas, glùcidos, etc.
Al descongelarse, los sistemas enzimáticos bacterianos inician los fenómenos cadavéricos de putrefacción, los cuales, no solo que se reinician sino que lo hacen de manera acelerada. En el descongelamiento, las membranas celulares sufren la lisis muy rapidamente ocurre la desnaturalización proteica en un tiempo que si bien es relativamente variable suelen bastar unas decenas de horas.
En patología forense, pueden darse situaciones de hallazgos de cadáveres tanatoconservados, por frío natural de personas perdidas en altas cumbres, por accidentes deportivos en la práctica de alpinismo, por caídas en glaciares, etc. El traslado del cadáver para su posterior autopsia debe hacerse, dentro de lo posible, en condiciones similares de temperatura, el proceso necropsico se realizara a la brevedad posible de estar descongelado.
Un cuerpo congelado por frío natural a temperatura mas o menos constante y en condiciones adecuadas puede mantenerse cientos de años, incluso, miles, como así lo atestiguan hallazgos cadavéricos con muy buen estado de conservación, que incluso algunos datan de mas de 5000 años de conservación. Los ejemplos son realmente muy numerosos: en 1982, en una alta cumbre de la cordillera de los andes peruanos, se encontró el cadáver de un niño inca dentro de una tumba de piedra, excelentemente conservado por el frío de la zona, la baja humedad, y la escasez de oxigeno. La data de la muerte de este niño fue estimada alrededor de los años 1480-1520, aproximadamente cerca de 500 años atrás. Las aguas heladas se encuentran en la profundidad y a unas décimas por encima de los 0º C. La conservación en estas condiciones no es óptima ya que no bloquea la actividad bacteriana, sino que solo la retarda, es decir finalmente permite cierta actividad bacteriana. Además el medio líquido macera las estructuras tegumentarias, dañando progresivamente los tejidos. Cuando hablamos de maceración nos referimos a un proceso mediante el cual se blandan y descomponen los tejidos u órganos en el agua u otros líquidos.
La humedad natural es el elemento involucrado principalmente en la transformación cadavérica adipocirica o saponificación. El otro elemento ambiental natural que interfiere en los procesos de destrucción tisular son la falta o escasez de aire. La transformación cadavérica adipocirica consiste en una especie de tanatoconservaciòn, debido a que, se produce una preservación de las estructuras cadavéricas. No obstante, esta dista de tener la calidad y perfección que se aprecian en las conservaciones por frío, ya que antes que se produzca la saponificación, ya antes han existido fenómenos de putrefacción y maceración. Los cadáveres en adipocira pueden brindar alguna información en el caso de la patología forense, principalmente hallazgos groseros desde el punto de vista microscópico, aunque estos dependan del caso en particular.
Cuando el medio húmedo en el que se encuentra el óbito posee concentraciones apropiadas de ácido tanico, puede existir tanatoconservaciòn por la transformación cadavérica denominada corificaciòn.
El calor natural, conjuntamente con la escasa humedad y necesaria circulación de aire, interviene en procesos naturales de tanatoconservaciòn cadavéricos. En lugares secos y con altas temperaturas constantes, la perdida de agua de los tejidos cadavéricos en forma rápida detienen el desarrollo bacteriano y de este modo impiden los procesos de putrefacción. Este proceso natural configura el proceso de transformaciones cadavéricas denominado momificación.
Las momias egipcias no tenían proceso alguno de embalsamamiento ni intervención del hombre en lo que respecta a colocación de sustancias o elementos de conservación sobre los cadáveres. Estos simplemente eran depositados a poca profundidad bajo las calidas arenas del desierto y esto producía la evaporación del agua de los tejidos. Los hallazgos de los cadáveres miles de años después de su entierro revelaron la desecación de los cuerpos con reducción y deshidratación visceral, quedaban las estructuras óseas y artroligamentosas como forradas con la piel, la cual se presentaba adherida a los huesos, de tonalidad oscura. Esto no debe confundirse con los cadáveres embalsamados en el antiguo Egipto denominados genéricamente momias, ya que en estos la momificación es una parte del procedimiento artificial de tanatoconservaciòn, integrante del embalsamamiento. Los cadáveres que quedan expuestos a la intemperie en terrenos áridos con climas calurosos y secos, también sufren naturalmente este proceso de momificación.

Procesos artificiales de tanatoconservaciòn:

La preservación de un cadáver por medio de procedimientos artificiales básicamente esta basada con dos metodologías: la primera es la utilización del frío produciendo lo que se denomina como refrigeración y la segunda que es el empleo de sustancias conservadoras y elementos conservadores aplicados sobre el cadáver por una metodología técnica, auxilio aparatologico e instrumental, lo que se define como embalsamamiento. En caso de ser cadáveres animales se define como taxidermia.
En la refrigeración, reutiliza el frío industrial para conservar el cadáver, por lo general por periodos cortos de tiempo. Las temperaturas por lo general oscilan entre los 4º C y los 20º C de acuerdo con el tiempo que se desee conservar.
Como orientación un cadáver puede ser mantenido en una cámara de refrigeración a 4º C por pocos días, retardando la aparición de los fenómenos cadavéricos y la evolución de los procesos de putrefacción de la materia orgánica. En casos en que la conservación deba efectuarse por periodos prolongados o indeterminados de tiempo, el cadáver deberá permanecer en condiciones de congelación a -4ºC o hasta -20ºC. Una vez comenzado el periodo de descongelación se recomienda que este sea lento de preferencia a temperatura ambiente. Una vez finalizada la descongelación, la putrefacción tendrá un proceso mas acelerado, a diferencia de lo que hubiere ocurrido de no haberse congelado. Un detalle importante a tener en cuenta al utilizar este método, es que la cristalización del agua celular destruye la arquitectura celular de las membranas de estas, alterando la morfología celular y limitando los análisis histopatológicos. Esta técnica de refrigeración es útil para la medicina forense, dado a que es de suma importancia para la conservación de cadáveres que deben ser identificados, ya que permite mantener la fisonomía y las papilas dermicas para dactiloscopia. En los cadáveres que han sido refrigerados, no es posible avaluar correctamente los parámetros de enfriamiento y rigidez cadavéricas para el cronotanatodiagnóstico y además la acción del frío transforma las livideces en un color rojiza y tiende a resaltar los tonos cromáticos de hematomas y equimosis, pero alterando su color y confundiendo con la data lesional.
El embalsamamiento es conocido y practicado desde hace muchísimo tiempo por distintos pueblos. En la actualidad esta es admitida con fines académicos, rituales, científicos, religiosos, jurídicos y medicolegales. Existen muchas y distintas variantes, caracterizándose todas ellas por la intervención de la aparatología, por una metodología determinada, por la colocación y recubrimiento del cadáver con sustancias o elementos o por las prácticas de alguna técnica especial en particular.
Embalsamamiento proviene de la palabra bálsamo, que significa aceite aromático o sustancia perfumada. Fue practicada en muchos pueblos e la antigüedad con el objetivo de retardar los procesos de putrefacción todo lo posible, de personas importantes. Cada civilización tenía sus propios métodos que, en algunos casos se iban modificando con el paso del tiempo.
Como referencia histórica vale la pena destacar, las técnicas de tanatoconservaciòn por procedimientos artificiales en el antiguo Egipto su evolución a través del tiempo. A partir del año 3200 a.v los egipcios consiguieron la más alta calidad en conservación de cadáveres, constituía un deber sagrado con sus faraones y obligatorio con la gente de importancia. El embalsamamiento hallo un sitio propicio de desarrollo en el culto a los muertos, sumamente importante desde el punto de vista social. Los embalsamadores egipcios eran gentes de la peor clase social y precisamente irrespetuosos de lo que significaba su trabajo. El lugar donde trabajaban era llamado, la casa de la muerte, allí comían dormían y trabajaban, sin salida alguna. Los embalsamadores recibían en sus talleres a los familiares, los cuales podían hacer su encargo y dependiendo de la posición económica había tres categorías diferentes de embalsamamiento. El método mas caro de todos era aquel que se practicaba al cadáver una incisión mediana infraumbilical y se extraían todas las vísceras excepto el corazón, después se procedía a lavar la cavidad abdominal y torácica con vino de palma, para luego agregar sustancias balsámicas junto con mirra y otras sustancias aromáticas.
El cadáver luego se colocaba durante 70 días en natròn, en piletas de gran tamaño y era removido varias veces utilizando ganchos de hierro. El natrion era un compuesto, mezcla de sales de sodio además de cloruro y carbonato de magnesio, oxido de hierro y aluminio.
Una vez transcurridos los 70 días, se lo lavaba, secaba y envolvía con vendas largas y se lo untaba con resina y se lo dejaba secar bien durante 48 horas. Por último era colocado en un ataúd y apoyado de pie contra la pared en las casas egipcias.
El primero en administrar una solución conservante por medio de una inyección intravascular se cree que fue el anatomista holandés Frederick Ruysch en la cátedra de anatomía de la universidad de Ámsterdam alrededor de 1670. Puede decirse que ese momento marca un antes y un después en lo que refiere a las técnicas de embalsamamiento utilizadas en el mundo antiguo de la de los tiempos moderno y la actualidad. A finales del siglo XVII y en la primera mitad del siglo XIX se desarrollaron formulas químicas de conservación para piezas anatómicas y cadáveres con fines docentes. Básicamente contenían un preservante, un antipútrido y un aromatizante o desodorizante.
El descubrimiento del formol, en 1898 por el químico alemán August Wilhelm Hofmann origino una verdadera revolución en la producción de sustancias conservantes, actualmente es ampliamente utilizado. Aun que muy toxico, es el fijador tisular por excelencia, su practicidad y bajo costo lo hace prevalecer hoy dia en el mercado, frente a otros de menores peligros. Tiene las propiedades de reunir en un solo líquido las tres condiciones conservante, antiséptica y desodorizante. La parafinizaciòn consiste básicamente en deshidratar los tejidos por medio de baños en alcohol en concentraciones crecientes y luego inyectar parafina liquida a mas de 55º C por vía intravascular, manteniendo la infusión a temperatura constante mientras externamente se lleva a cabo un baño de parafina liquida.
Hoy en dia la técnica de embalsamamiento admite un primer tiempo de inyección intraarterial de las soluciones por medio de una cánula fijada a la carótida primitiva, femoral, con la correspondiente descarga venosa. El pasaje debe hacerse lento por medio de un irrigador, aprovechando la fuerza gravitacional. Pueden ser necesarios de 5 a 10 litros o más aun en algunos casos. A nivel del tubo digestivo se irriga del mismo modo por sonda orogastrica hasta la salida por el ano del liquido.
Luego se ocluyen los orificios naturales y los orificios vasculares. Para terminar se lava externamente el cuerpo y se culmina con el maquillado y los detalles estéticos.
Una de las soluciones actualmente recomendadas es:
Para uso interno:
a- Formol: al 40 % 2000 ml.
b- Alcohol etílico: 3000 ml.
c- Hexametilentetramina: 500 g.
d- Agua destilada: 5000 ml.
Para uso externo:
a- Vinagre aromático:1000 ml
b- Timol en sol. Alcohólica: 4 g.
c- Mentol: 2 g.
d- Esencia aromatizante de espliego.
Actualmente en estados unidos el embalsamamiento es llevado a cabo por personal técnico especializado. Este se realiza con fines académicos, docentes, rituales o religiosos, con fines jurídicos, con fines históricos-sociales y con fines medicolegales.

Combinación de procedimientos naturales y artificiales:

Es muy frecuente la combinación de ambos para la preservación cadavérica, ya sea de forma voluntaria o como fruto de la casualidad.
Como ejemplo de tenatoconservaciòn por frío natural en combinación con otros elementos, pueden mencionarse a los incas. Aunque aun no se conocen demasiado los métodos que empleaban, pero tenían la particularidad que conservaban las vísceras y utilizaban algunas sustancias. Por lo general, las bajas temperaturas de las altas cumbres, con su clima desiertito, con extrema aridez y ausencia total de lluvias hacen suponer que los cadáveres encontrados en nuestro país habrían sufrido una tanatoconservaciòn espontánea por el frío. No obstante algunas estaban preparadas con cubiertas de barro y otras untadas con sustancias oleosas.
Como ejemplos de tanatoconservaciòn por calor natural en combinación con otros elementos, nos referiremos a los egipcios nuevamente. Como hemos dicho anteriormente los cadáveres primitivamente eran colocados bajo las arenas desiertitas sin otra medida. Con el pasar del tiempo se añadió la costumbre de cubrirlos con natròn, complementando la acción del calor. Finalmente cabe la pena citar la humedad natural desarrollada en algunos nichos con ataúdes sellados, mantenía regularmente preservado el cadáver por transformación adipocirica, a esto algunas veces se le agregaba como elemento coadyuvante en la tanatoconservaciòn el formol colocado en el interior del féretro por las funerarias.

Tanatoconservaciòn y embalsamamiento, Legislación nacional:

En nuestro país, curiosamente no existen leyes que impidan la tanatoconservaciòn en general y el embalsamamiento en particular. En caso de embalsamamiento, debe incluirse en el interior del féretro envases perfectamente cerrados que contengan muestras debidamente especificadas y rotuladas de las soluciones conservantes empleadas. Esto tiene importancia medicolegal ante la necesidad de una pericia toxicologica ulterior, debido a que el formol tiende a invalidar la pesquisa toxicologica de otras sustancias.
El marco regulatorio jurídico del embalsamamiento en la argentina se encuentra representado por la existencia de su obligatoriedad legal para el transporte internacional de cadáveres. A tal efecto el Ministerio de Salud Publica de la nación dicto la resolución Nº 2005/68. En ella constan indicaciones y recomendaciones de naturaleza técnica sanitaria, además pautas relacionadas con la documentación necesaria.
De este modo el transporte internacional de cadáveres constituye la única obligación legal al respecto del embalsamamiento.